Cuando una sensación de decepción te
recorre el cuerpo, te sientes verdaderamente mal.
Te sientes defraudado, cuando la persona
que ha hecho que se produzca dicha sensación en ti es realmente vital
e importante en tu vida.
Pero piensas en la situación y no puedes llegar a entenderlo. Cómo puede llegar a
preocuparle simplemente eso. ¿Yo, yo y sólo yo?
Además lo que más molesta es que
sabes que llevas razón. Y no por el hecho de llevarla siempre, es
que sabes que sí la llevas.
No voy a tragar con las estupideces que
lleváis tragando vosotros tanto tiempo. Yo no soy así, y aunque
terminéis por odiarme todos, me es indiferente. Sólo espero que
sepáis separarme a mí de él. No quiero que por mi culpa se quede
solo.
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