miércoles, 18 de enero de 2012

Ilusiones rotas y pisoteadas.


Tal y como dice el título.
Es asombroso como en unos minutos las ilusiones que te hacían sonreír hacía horas, se desvanecen, convirtiéndose en nada. Cuando las ganas se van. Cuando la alegría se va de tus pupilas para volver cuando le apetezca, e irse sin dejar huella cuando le apetezca.
Y me aferro a la ilusión para no dejarla marchar.
Me aferro muy fuerte, y ni siquiera se me pasa por la cabeza el asimilar que ya no está.
Mi mente y mi corazón sólo necesitan llorar.
Yo, mi persona, necesita gritar. Necesita tirarlo todo. Gritar a la vida que es una verdadera mierda. Que lo único que hace es repartir sufrimiento.
¿Al destino? Al destino quiero decirle que es cruel.

Es muy duro darse cuenta de que cuando más necesitas a alguien, en el momento que más falta te hace esa persona, la vida y el destino se ponen en tu contra. Te follan por todos lados y te dicen en forma de castigo: jódete.
Y a veces me pregunto.. ¿En forma de castigo?
¿Qué se supone que he hecho mal para que me traten así?
Yo sólo he pedido un abrazo de la persona amada. Un beso de la persona amada. Una mirada a los ojos y un te quiero de la persona amada.


No es justo que la vida se cebe con dos seres humanos que se aman mutuamente de esta forma. Quizás sean pruebas que les pone. Pruebas que hay que superar para salir fortalecidos de ellas.. Pero llega un momento en el que son demasiadas pruebas.. Demasiadas.

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